En un parque donde se reunía con sus simpatizantes, un sicario le disparó a Miguel Uribe. Ese ataque se veía venir, muchas frases de señorones irresponsables del poder animaron sutilmente el atentado.
Hay pánico en la oposición, la candidata presidencial Vicky Dávila denunció que un alto militar la previno sobre un atentado. Vicky no se arruga, exigió al Gobierno garantías y sigue firme en las encuestas.
Y el expresidente Álvaro Uribe corre mil peligros, entre ellos un ordinario atropello judicial condenándolo en ese juicio político amañado a zapatazos. A él lo alertó una agencia extranjera sobre que planean su asesinato. Él ya fue víctima de dos atentados con autos repletos de explosivos, uno en Barranquilla, otro en Neiva. Ayer, la CIA y el FBI desde USA reportaron un plan para atentar contra el expresidente Uribe.
El ministro Benedetti invitó a una "reunión de altísimo nivel" a ocho jefes de partidos no petristas con el minjusticia, Eduardo Montealegre. Elemental, no le aceptaron la invitación los ocho jefes políticos porque el ministro Benedetti en una votación sobre su "decretazo o consulta popular" desconoció el resultado con ruidosa zambra.
Quien insulta con juego sucio se merece el repudio.
El hoy ministro de Justicia, Eduardo Montealegre, ha disparado insultos violentísimos contra el expresidente Álvaro Uribe. Ante eso, inútil invitarlo a ese diálogo. Punto.
Mónica García, ministra de Salud del Gobierno español, el sábado quiso saludar con dos besos a la gobernadora de Madrid, Mercedes Ayuso, pero ella le rechazó el show aclarando por televisión: "No puedo recibirle un saludo con besos a quien me llamó la 'asesina de la pandemia'". Esa plantada a la ministra se la aplaudieron millones de españoles. Era poco serio dejarse abrazar de una irresponsable en sus declaraciones.
Bravo, gobernadora Mercedes Ayuso, hizo lo correcto, recibió su merecido la ministra calumniadora. Quien insulta con juego sucio se merece el repudio.
Antier, el presidente Petro, vía su carnal Armando Benedetti, prometió que no lanzará más adjetivos violentos verbales o por trinos a sus críticos. Alivia esa promesa, ojalá su temperamento le permita cumplirla.
Lo serio es no viajar hoy a Cali a una retadora e inútil manifestación.