En Colombia la trampa está tan de moda y triunfal que se está quejando de engaños el señor Olmedo López, el que dirigió toda la operación de saqueo de la UNGRD, el que repartió las millonadas. Punto.
Regresó de Madrid mi amiga Maricarmen Fernández. Ayer estuvo en la peluquería y tuvo discusiones. Entró diciendo: "Adoro a Colombia, pero estoy furiosa, veo que sigue el tramposo y mañoso juicio político al expresidente Álvaro Uribe. En España el periodismo serio ve eso como una venganza de las guerrillas Farc contra el expresidente que las combatió".
Le ayudó opinando una abogada, Marielena Bustos, que afirmó: "Es una vergüenza ese juicio a Álvaro Uribe, él es víctima de una componenda que arrancó hace 14 años cuando unos políticos a cuento de 'proteger los derechos humanos' visitaban a criminales colombianos en cárceles norteamericanas. Al parecer les ofrecían jugosas gabelas, si declaraban contra el expresidente, buscaban su exterminio político".
Lo persiguen sin pausa. Vale recordarles que en los ocho años de presidente, Álvaro Uribe siempre tuvo arriba del 78 por ciento en apoyos, sus enemigos enfurecían, iniciaron la venganza para destruirlo políticamente.
En la operación contra Uribe llevan 13 años, tienen una artillería de 27 abogados en su contra. El trofeo es que haya condena así las pruebas contra el exmandatario de querer sobornar con dos mil dólares al analfabeto señor Monsalve sean falsas.
Petro era menos pelietas cuando Verónica dormía en el Palacio Presidencial.
Una psicóloga, profesora de la Javeriana, opinó: "Son varios atentados con carro bomba contra Uribe. Su familia, esposa e hijos corren peligro; su abogado Jaime Granados, bajo amenazas de muerte, despacha desde España". Punto.
Protocolo folclórico. El presidente Petro no llegó a un evento internacional en Montería, donde era el anfitrión. Le tocó a Laura Sarabia. Si eso les hubiera tocado a María Emma Mejía o a Noemí Sanín, le renuncian al minuto. Pero Laura tiene aguante, si soporta como jefe a Benedetti, puede sobrevivir.
Petro se pifia, ha sido agresivo insultando estos días al candidato presidencial Enrique Peñalosa y al eficiente y bien hablado Alcalde de Bogotá, Carlos Galán.
Ruidosa la visita de Maricarmen, quien para despedirse dijo: "Petro no estaba perdido, estuvo en Caracas con su esposa, Verónica Alcocer, charlaron de reconciliación". Ojalá la consiga, Petro era menos pelietas cuando Verónica dormía en el Palacio Presidencial.