Los ojos del mundo católico y de los 45.000 fieles que se agolparon en la plaza de San Pedro estaban sobre la chimenea ubicada en el tejado de la Capilla Sixtina, donde los 133 cardenales aptos para votar dieron inicio al cónclave que elegirá al papa número 267 de la Iglesia católica.
El resultado de esta primera jornada fue el esperado: primera votación, primera fumata negra, una señal de que ninguna persona alcanzó los 89 votos necesarios para ser nombrado sumo pontífice. Al cierre de esta edición no había comenzado el segundo día del cónclave.
Con ello se dio por concluido un primer día de cónclave extenuante, en el que los tradicionales ritos con los que se da inicio a este proceso ocuparon la mayor parte de la agenda, antes de que los cardenales fueran recluidos en el interior de la Capilla Sixtina y pronunciaran, uno a uno, un juramento de guardar completo secreto de lo que allí ocurrirá hasta que sea proclamado el próximo papa.
Tras el juramento, los purpurados ocuparon sus lugares y luego se escuchó, de boca de Mons. Diego Ravelli, maestro de ceremonia, la exclamación en latín “Extra omnes” (todos fuera). Acto seguido (sobre las 5 p. m., hora de Roma, 10 a. m. en Colombia), quienes no participan en la votación abandonaron el recinto y las puertas de la capilla se cerraron, dejando a los fieles del mundo a la espera de la elección del que será el máximo jerarca de la Iglesia en reemplazo del fallecido papa Francisco.
Las horas siguientes fueron de incertidumbre, como suele marcarlo el completo hermetismo que se vive en medio de un cónclave. La única señal de lo que ocurre dentro de la capilla es el momento en que el humo señala si se llegó a una decisión. De ahí que a los 45.000 fieles en la plaza de San Pedro con su mirada puesta en la chimenea se sumaron más de 400 medios de comunicación acreditados que transmitieron a millones de personas en todo el mundo.
Originalmente se tenía previsto que entre las 7 y las 7:30 p. m., hora de Roma, se lanzaría la primera fumata, pero esta se hizo esperar dos horas más y fue revelada, finalmente, a las 9 p. m. (2 p. m. en Colombia), cuando el cielo ya estaba oscureciendo, lo que complicó su visibilidad.
Algunas versiones, como la del periodista especializado y biógrafo de Francisco, Austen Ivereigh, sostienen que la inusual demora se debió a que antes de dar inicio a la votación un discurso motivador del cardenal Raniero Cantalamessa programado para durar 15 minutos en realidad tardó 50 minutos.
Pero aunque el primer resultado se hizo esperar, este no fue distinto a lo que se había previsto para un proceso de elección complejo, que exige que un candidato reciba dos terceras partes de los votos para ser proclamado, una tarea nada sencilla para un Colegio Cardenalicio que se debate entre elegir un líder progresista que continúe con las ideas de Francisco, uno más conservador o un perfil más bien moderado.
Sin embargo, la jornada de este jueves podría ser diferente. A partir de este jueves ya no habrá más misas, juramentos ni demás ritos. En cambio, se llevarán a cabo cuatro votaciones diarias y se realizarán hasta dos fumatas (una en la mañana y otra en la tarde), por lo que habrá más oportunidades de consensos.
A propósito, vale recordar el antecedente de los últimos dos papas: Benedicto XVI fue elegido en la cuarta votación y Francisco, en la quinta. Por ello, no se descarta una decisión final también en un periodo breve de tiempo.
Así lo explicó a este diario desde Roma el experto vaticanista Óscar Elizalde: “En este período se intensifican las negociaciones, las conversaciones y los resultados pueden variar mucho de una votación a otra. Sin embargo, no se prevé que este cónclave se extienda. Durante 16 días los cardenales han sostenido encuentros constantes, en los que además se han conocido porque muchos de ellos fueron nombrados hace muy poco. El cónclave se da con un importante preámbulo donde se empezaron a fijar posiciones”.
Pero a pesar de todos los encuentros previos, y de que han sido muchos nombres de papables los que se han barajado, para Elizalde “el resultado de este cónclave es incierto y no hay claros favoritos”, opinión que comparten la mayoría de analistas desde el Vaticano, que ven cómo la lista de favoritos se ha venido haciendo cada vez más grande y hoy supera la veintena de nombres.
Recuerda Elizalde que no hay que perder de vista que este cónclave es más numeroso que el de hace 12 años, cuando fueron 115 los purpurados aptos para votar, 18 menos de los actuales.
Un llamado a la unidad
El inicio del cónclave se dio en horas de la mañana con la misa ‘pro eligendo romano pontífice’, cuya homilía estuvo a cargo del decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, quien no desaprovechó la oportunidad para pedir a sus pares “mantener la unidad de la Iglesia”. Durante la ceremonia asistieron un total 220 cardenales, entre los que se encontraban electores y no electores.
MATEO CHACÓN ORDUZ | Subeditor Vida