Editorial

El cuerpo de una migrante fue usado en escuelas médicas sin permiso de familia y ahora no podrán recuperarlo

• Su madre asegura que ni siquiera ha podido hacer un funeral para la joven venezolana.

Donaron cuerpo a la ciencia, pero fue diseccionado en evento ‘pago por ver’

El cuerpo de la joven fue donado a la medicina sin autorización de la familia. Foto: Instagram utahzolanos / iStock

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Leslie Santana

14.06.2025 13:00 Actualizado: 14.06.2025 13:00

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El caso de una joven venezolana que fue asesinada en Estados Unidos, en septiembre de 2022, sigue causando indignación, ya que su cuerpo fue usado en escuelas médicas sin permiso de la familia, y ahora la madre reportó que no podrá recuperar los restos.

De acuerdo con Telemundo, han pasado dos años desde que Aurimar Iturriago Villegas, una joven venezolana de 21 años, fue asesinada en Texas. Sin embargo, el dolor de su madre, Arelis Coromoto se ha intensificado ya que ahora enfrenta la verdad: jamás podrá recuperarlos.

Aurimar llegó a Estados Unidos en septiembre de 2022 con la esperanza de trabajar y enviar ayuda a su familia. Dos meses después, fue asesinada mientras iba en un auto cerca de Dallas.

La familia recibió la noticia de su muerte, pero no aceptaron que el cuerpo de la joven fuera donado a la medicina, sin embargo, éste fue entregado a una universidad médica.

La familia no podrá recuperar el cuerpo de la joven. Foto:Foto: Telemundo

De acuerdo con una investigación de NBC News y Telemundo, el cuerpo de Aurimar fue seccionado y etiquetado con precios: se ofrecieron US$900 por su torso y US$703 por sus piernas para entrenamientos médicos. Lo restante fue incinerado y enterrado en una fosa común en Dallas. Las cenizas se mezclaron con otros restos no reclamados, haciendo imposible la repatriación.

Las autoridades aseguran que aseguran que la familia de la joven falló en reclamar los restos, sin embargo la madre dice que trató de arlos varias veces a través de correo electrónico. “Si yo hubiera estado allá hubiera reclamado su cuerpo para traer sus cenizas a Venezuela, yo hubiera hecho hasta lo imposible”, declaró.

La esperanza de la madre de la migrante se esfuma al sabe que sus cenizas no serán repatriadas

En declaraciones para Telemundo, Arelis Coromoto aseguró que continúa realizando misas mensuales por su hija y que la imposibilidad de tener un entierro adecuado es una herida que no cierra. “Fue algo muy cruel. No quedaron ni las señas de las cenizas”, expresó.

La Universidad del Norte de Texas suspendió su programa de donación de cuerpos tras la publicación del reportaje, despidió a los responsables y prometió no volver a utilizar restos no reclamados. No obstante, la familia de Aurimar aún espera justicia y reconocimiento.

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