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Análisis
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Trump y el dilema de llevar a Estados Unidos a 'guerra eterna' entre Israel e Irán, ¿qué riesgos trae? / Análisis
El presidente prometió desde su campaña que alejaría al país de los conflictos bélicos mundiales, ¿cumplirá?
Trump busca negociar un acuerdo con Irán, pero los ataques de Israel torpedean ese objetivo. Foto: Archivo EL TIEMPO / Agencias AFP y EFE
A lo largo de la campaña electoral del 2024 y desde que llegó a la Casa Blanca el 20 de enero, el presidente Donald Trump había dejado clara su oposición a lo que ha llamado “las costosas e innecesarias guerras” en las que se ha visto involucrado Estados Unidos de manera directa o indirecta en los últimos 25 años.
Desde entonces, el republicano venía empujando por el fin del enfrentamiento entre Rusia y Ucrania, la pacificación de Gaza y, en general, el repliegue de fuerzas estadounidenses de las cuatro esquinas del mundo para concentrarse en una agenda más doméstica. Sin embargo, el demoledor ataque que lanzó el viernes Israel contra Irán puso a Trump en medio de uno de los peores conflictos de la historia reciente y en el que fácilmente podría verse arrastrado a entrar.
En sus primeras declaraciones tras el bombardeo, el secretario de Estado, Marco Rubio, fue enfático en que había sido una acción unilateral de la que EE. UU., “no había sido parte”.
Misiles de Irán impactan en Israel. Foto:Archivos particulares de redes sociales
De hecho, Trump llevaba semanas pidiéndole al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, “abstenerse” de un asalto mientras avanzaban las negociaciones con el régimen iraní en torno a lograr un posible acuerdo para limitar su enriquecimiento de uranio e impedir la construcción de una bomba atómica.
De acuerdo con diversas fuentes, hace poco más de dos meses Israel le presentó a Trump un plan para atacar a Irán de manera conjunta y destruir sus capacidades nucleares y misiles de largo alcance.
El acuerdo nuclear entre Estados Unidos e Irán que ahora está en vilo tras el ataque de Israel
Aunque la istración respondió que estaban en todo su derecho de lanzar un golpe preventivo, le señaló que EE. UU. no participaría en semejante asalto. Trump, además, les pidió dos meses de margen para adelantar las negociaciones y, quizá, evitar la escalada.
Aún así, si algo ha dejado claro en estos cinco meses que lleva en la Oficina Oval es que el Trump que se acuesta no siempre es el mismo que se levanta.
De hecho, hoy las partes tienen previsto un sexto encuentro en Amann y, aunque el acuerdo parecía aún lejano, Trump mantenía la esperanza de que tarde o temprano habría humo blanco. Humo que, al menos de momento, parece haberse disipado, pese a que el republicano les pidió mantenerse en la mesa para evitar más destrucción, pero Teherán canceló todos los acercamientos y calificó que “no tiene sentido” una mesa de diálogo tras los recientes ataques.
Donald Trump instó a Irán a llegar un acuerdo "antes de que no quede nada": Foto:Truth Social @realDonaldTrump
Curiosamente, el pacto que negociaba Trump con los iraníes era muy similar al que alcanzaron el expresidente Barack Obama y cinco países europeos en 2015 en pro de un desaceleramiento del enriquecimiento de uranio y un monitoreo para evitar que este se usara para el desarrollo de un arma nuclear a cambio del levantamiento de sanciones.
El mismo que Trump anuló en 2017 tras llegar por primera vez a la Casa Blanca, cuando se mantuvo más alineado con la línea dura de Netanyahu.
En la misma línea del pasado, el premier israelí le volvió a advertir al republicano que las negociaciones solo eran tácticas dilatorias de Irán y que el momento para atacar era propicio, dado los golpes ya propinados a grupos proiraníes como Hezbolá en el Líbano, Hamás en Gaza y los hutíes en Yemen.
Trump, sin embargo, insistió en la vía diplomática.
¿Qué podría llevar a Donald Trump a llevar a Estados Unidos a participar en esta
De acuerdo con Daniel Petris, analista y miembro del centro de pensamiento Defense Priorities, si bien las motivaciones del mandatario son cuestionables –está defendiendo lo que percibe son los intereses nacionales de Estados Unidos– la apuesta por la negociación era muy razonable.
“Netanyahu lleva años advirtiendo sobre los peligros de un Irán con armas nucleares y ha promovido un enfoque militar para eliminar esa amenaza. Contrario al pasado, Trump optó esta vez por la vía diplomática porque es la que a largo plazo tiene mejores posibilidades de éxito. Los analistas coinciden en que un ataque como el lanzado por Israel puede, en el mejor de los casos, retrasar el programa nuclear iraní por un año, pero no eliminarlo del todo. En contraste, un nuevo acuerdo nuclear podría imponer restricciones verificables y de largo plazo”, explica.
Protestas en Irán contra el ataque de Israel Foto:EFE
Petris, además, sostiene que “un conflicto militar abierto con Irán tendría consecuencias graves: desde ataques con misiles y drones hasta sabotajes en el golfo Pérsico y atentados contra intereses occidentales”.
El problema para Trump, y probablemente de allí el cálculo de Netanyahu, es que Estados Unidos se verá forzado a defender a Israel, un aliado histórico y con un enorme poder de lobby en el país y a nivel mundial.
Una guerra con Irán invalidaría todo lo que Trump dijo en el pasado y lo dejaría en el mismo renglón de los expresidentes contra los que despotrica
En buena parte, la naturaleza de esa defensa dependerá de la reacción iraní. Si Teherán se limita a ataques contra Israel, EE. UU. podría utilizar –como ya lo está haciendo– un esquema similar al que adoptó el expresidente Joe Biden en 2024 durante una situación similar: aportar sus baterías antiaéreas y misiles Patriot para repeler los bombardeos.
Pero si el régimen –o sus proxis- optan por atacar intereses de EE. UU. en la región, como bases militares, el conflicto –y la participación de Washington– podrían escalar rápidamente. Escenario que es muy probable.
¿Qué se sabe del ataque de Israel a Irán qué puede pasar? Foto:
Los riesgos de llevar a Estados Unidos a una 'guerra eterna' en Oriente Medio
Aunque Washington insiste en que no participó en los ataques, sí estuvo al tanto –retiró su personal de Irak y otras bases militares antes del bombardeo– y probablemente aportó inteligencia y otros recursos.
De acuerdo con Alí Jamenei, líder supremo de Irán, EE. UU. habría “coordinado” los ataques contra su país y, por lo tanto, también será castigado. Aún así, Petris insiste en que Trump no debe caer en el juego de la provocación.
“Una guerra con Irán invalidaría todo lo que Trump dijo en el pasado y lo dejaría en el mismo renglón de los expresidentes contra los que despotrica”, sostiene el experto.
Daños en Israel tras un ataque de Irán. Foto:EFE
Para el analista, el mandatario debe dejarle claro a Israel que, si bien respeta decisiones soberanas en aras de la seguridad, también debe entender que EE. UU. se quiera mantener al margen de una escalada que no beneficia sus intereses. No obstante, una postura semejante rompería la incondicional alianza que existe entre Washington y el país hebreo.
Si bien suena impensable, también lo era hasta hace poco una ruptura con Europa para alinearse con Rusia en la guerra con Ucrania. De momento, el magnate intenta poner la mejor cara a una guerra que no quería al reiterar su respaldo a Israel y felicitar a Netanyahu por la ferocidad y precisión de su ataque.
Aún así, si algo ha dejado claro en estos cinco meses que lleva en la Oficina Oval es que el Trump que se acuesta no siempre es el mismo que se levanta.