Menor ingreso de remesas e imposición de aranceles impactarían la capacidad de pago de deudores: ¿cuál es la razón?

Mientras que un menor ingreso de remesas al país, como el previsto por la drástica política migratoria implementada por Estados Unidos, impactará la capacidad financiera de los hogares, la imposición de aranceles limitaría la de cientos de compañías, lo que, junto con otros riesgos detectados, terminarían afectando la recuperación de la calidad de la cartera de los establecimientos financieros del país. 

Lo anterior es parte del análisis que entregó el Banco de la República este 11 de junio y que da cuenta de la situación actual del sistema financiero colombiano y lo que se espera en este para lo que resta del año. 

Se trata del Reporte de Estabilidad Financiera del presente año, en el que, si bien se destaca la resiliencia del sector para enfrentar la materialización de riesgos extremos y la mejora de algunos indicadores, también se advierten algunas amenazas importantes.   

Entre esos factores opuestos que podrían afectar la capacidad de pago de las compañías y la materialización de la morosidad están algunos efectos rezagados del ajuste económico de los últimos años, también cómo evolucionen las tensiones geopolíticas y comerciales en el mundo, así como entorno fiscal del país, entre otros. 

Al ahondar en los efectos derivados de la política migratoria y los efectos de la imposición de mayores aranceles por parte de Estados Unidos, el informe destaca que dada la expansión hacia Centroamérica de algunas entidades financieras del país, estas podrían sufrir un impacto adicional.

"Tomando en consideración la alta importancia de las remesas para el consumo y la capacidad financiera de los hogares, las fricciones comerciales y geopolíticas globales podrían afectar el desempeño económico de la región y, por ende, de sus sistemas financieros", señala el informe.

Lo anterior, en un entorno difícil en el que las perspectivas de crecimiento regional fueron recortadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en abril pasado, debilitamiento que podría deteriorar la calidad de los activos de los establecimientos de crédito colombianos.   

Pese a ese panorama, la situación actual es de tranquilidad en la medida que los establecimientos de crédito mantienen niveles adecuados de capital y liquidez, al tiempo que los activos totales se recuperaron luego de dos años de contracción.

En su reporte Carlos Quicazán, director del Departamento de Estabilidad Financiera del Banco de la Republica, da un parte de tranquilidad al señalar que "el sistema financiero es lo suficientemente sólido para enfrentar un potencial incumplimiento de los segmentos más riesgosos".

Señala que la mayor actividad económica reciente, así como la reducción de las tasas de interés en un escenario de convergencia de la inflación, favorecen el perfil de la carga financiera de las empresas, dado que reducen el pago por intereses e incrementan sus ingresos esperados.

Uno de los aspectos que destaca el informe tiene que ver con la mejoría que registra la cartera del sistema financiero, cuyos indicadores de calidad han caído respecto al registro del reporte anterior. Pese a ello, el Banco de la República advierte que la morosidad siguen en niveles altos frente al promedio de los últimos cinco años. 

Para el caso particular de los hogares, el reporte señala que la carga financiera de estos, es decir, lo que destinan de sus ingresos para el pago de obligaciones financieras, continuó disminuyendo, en línea con un menor endeudamiento, tendencia que se espera continúe durante el primer semestre de 2025. 

Lo que muestra el informe es que ese indicador de carga financiera se encuentra hoy en 24,5 por ciento, luego de estar por encima del 30 por ciento cuatro años atrás.

Pese a ello, el reporte indica que un menor crecimiento mundial, así como la posibilidad de que se restrinja las remesas de residentes de Estados Unidos hacia Colombia, vía mayores impuestos, "podrían aumentar el riesgo de que los hogares tengan menos recursos para enfrentar sus obligaciones", toda vez que el porcentaje de participación de las remesas sobre el ingreso disponible de los colombianos alcanzó máximos históricos en 2022 (3,8 por ciento) y se ha mantenido por encima del 3 por ciento en los últimos cuatro años.

Los recury que el año pasado marcaron un nuevo récordel año pasado al sumar cerca de 11.850 millones de dólares. No obstante, cálculos preliminares apuntan a que con la imposición de un impuesto a los envíos de las remesas por parte del Gobierno de Estados Unidos, al país le ingresaría un billón de pesos menos. 

"El sólido inicio de 2025 nos lleva a mantener la proyección optimista de que, al cierre del año, las remesas podrían alcanzar los 13.000 millones de dólares, equivalentes a más de 50 billones de pesos. En febrero, estas se consolidaron como la principal fuente de divisas del país, superando incluso al petróleo. Además, factores como un tipo de cambio favorable, la resiliencia del mercado laboral en Estados Unidos y la persistencia del flujo migratorio de colombianos hacia el exterior continuarán impulsando su crecimiento en lo que resta del año", explica César Pabón Camacho, director Ejecutivo Sénior de Investigaciones Económicas de Corficolombiana.

"Aunque los indicadores de calidad de la cartera de los hogares siguieron mejorando, la continuidad de esta dinámica dependerá de la evolución de la capacidad de pago de estos agentes, la cual es susceptible a choques macroeconómicos", precisa el informe de la autoridad monetaria.