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El síntoma en el oído que pueden alertar sobre posibles problemas del corazón: ‘Puede ser un marcador temprano’
Frente a cualquier alteración auditiva, no solo conviene acudir al otorrinolaringólogo, sino también evaluar la salud cardiovascular.
El oído interno está más conectado al corazón de lo que muchos podrían imaginar. Ambos órganos están relacionados a través del sistema vascular, lo que significa que un mal funcionamiento en uno puede tener consecuencias en el otro. Esta conexión convierte al oído en una posible vía de advertencia ante problemas cardíacos.
La audición no solo cumple la función de captar sonidos; también está directamente involucrada en mantener el equilibrio y la orientación del cuerpo.
Este sistema tan complejo se encuentra en estrecha dependencia del flujo sanguíneo que le permite operar correctamente. Por ello, si se presentan fallas en la audición, también podría ser una señal de que el corazón requiere atención.
El oído puede revelar señales importantes de su salud. Foto:iStock
La influencia de la circulación en la salud auditiva
La cóclea, que forma parte del oído interno y se encarga de procesar los sonidos, es extremadamente sensible a las variaciones en la irrigación sanguínea. Enfermedades cardiovasculares como la hipertensión o el colesterol elevado pueden alterar este suministro de sangre, provocando daños en estructuras auditivas. Esto puede traducirse en pérdida auditiva neurosensorial, una condición que puede afectar gravemente la calidad de vida.
En palabras del Instituto Nacional de Salud (NIH, por sus siglas en inglés): “La pérdida auditiva puede ser un marcador temprano de enfermedades cardiovasculares, ya que la irrigación insuficiente del oído interno puede provocar daño celular”.
Este tipo de evidencia ha llevado a los expertos a considerar la salud auditiva como un posible indicador de riesgos más amplios en el organismo.
Los efectos de una irrigación deficiente no solo afectan la cóclea. El deterioro puede extenderse hacia los ganglios espirales, el nervio auditivo y las fibras encargadas del procesamiento del sonido en el cerebro. Estos daños pueden ser permanentes, lo que subraya la importancia de prestar atención temprana a cualquier síntoma auditivo.
Además del impacto en la salud, la pérdida auditiva también representa una carga económica considerable. Requiere el uso de dispositivos especializados cuyo costo puede ser elevado para muchos pacientes, generando consecuencias tanto médicas como sociales.
Relación entre enfermedades cardíacas y pérdida auditiva
El corazón bombea sangre a cada rincón del cuerpo, lo que lo convierte en un regulador vital del funcionamiento general.
Si esta tarea se ve afectada por condiciones como la hipertensión, la hipotensión o desórdenes metabólicos, otros órganos, como el oído, también pueden resentirse.
Es importante tener en cuenta que “los órganos internos dependen de un flujo sanguíneo adecuado para funcionar correctamente”. Cuando este suministro se interrumpe o disminuye, las células encargadas del procesamiento auditivo pueden dañarse con rapidez.
Esto debe saber. Foto:iStock
Un factor de riesgo para eventos graves
A esta preocupación se suma la advertencia de la Asociación Americana del Corazón, que señala una consecuencia aún más grave: “La pérdida auditiva neurosensorial repentina aumenta el riesgo de sufrir algún accidente cerebrovascular en temprana edad”.
Este dato resalta la necesidad de no tomar a la ligera los cambios auditivos, pues pueden ser señales tempranas de alteraciones mayores en el sistema cardiovascular.
Tanto la comunidad médica como las organizaciones especializadas coinciden en que prestar atención a la salud del oído puede ofrecer pistas valiosas sobre el estado del corazón.
Por eso, frente a cualquier alteración auditiva, no solo conviene acudir al otorrinolaringólogo, sino también evaluar la salud cardiovascular en conjunto.
*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Universal (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.