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Neurocientífica explica cómo la menopausia puede afectar el cerebro de las mujeres: ‘Influye en la memoria y en el desarrollo de placas de Alzheimer’
Más del 75 % de las mujeres experimentan síntomas cerebrales durante la menopausia, explica la Dra. Lisa Mosconi, reconocida neurocientífica.
Científica explica cómo la menopausia puede afectar el cerebro de las mujeres Foto: lisamosconi.com/ iStock
En una sociedad marcada por la obsesión por la juventud, la menopausia permanece como un tema silenciado y sus síntomas suelen ser desestimados. La doctora Lisa Mosconi, neurocientífica y experta en medicina nuclear, subraya la importancia de entender cómo esta etapa impacta directamente en el cerebro femenino.
“Constituye un importante problema de salud pública de largo alcance”, afirma. Según Mosconi, “las mujeres constituyen aproximadamente la mitad de la población; todas las mujeres pasan por la menopausia; las mujeres en edad menopáusica son el grupo demográfico con mayor crecimiento; la mayoría de las mujeres pasan alrededor del 40% de su vida en edad menopáusica, más de tres cuartas partes de las mujeres tienen síntomas cerebrales durante la menopausia. Y todas las mujeres, menopáusicas o no, poseen un órgano que se ha ignorado mayormente hasta ahora: el cerebro”.
Dra. Lisa Mosconi, reconocida neurocientífica Foto:lisamosconi.com
El cerebro y la transición hormonal
La Dra. Mosconi explica que el cerebro es el escenario central de uno de los procesos hormonales más complejos y poco comprendidos: la menopausia y la perimenopausia. La reducción de estrógeno afecta aspectos cotidianos del bienestar mental y físico, y puede ser un factor que abre la puerta al deterioro cognitivo en etapas avanzadas de la vida. “El cerebro y los ovarios están conectados a través del sistema neuroendocrino. Durante la menopausia, a medida que disminuyen los niveles de estrógeno, el cerebro recalibra su química interna, lo que afecta la memoria, el estado de ánimo, el sueño, la regulación de la temperatura y más”, señala.
Mediante estudios avanzados de neuroimagen, su equipo ha demostrado que la menopausia puede modificar la estructura, función y conectividad cerebral, además de influir en los niveles de energía y favorecer el desarrollo de placas relacionadas con el Alzheimer. Estos cambios pueden manifestarse en síntomas como confusión mental, lagunas en la memoria y alteraciones en el ánimo.
El silencio y la negación de la menopausia tienen raíces profundas en la cultura. La doctora Mosconi remarca que en una sociedad obsesionada con la juventud, la menopausia se vuelve un tema incómodo que se intenta ignorar o ridiculizar. Este estigma no solo afecta la calidad de vida de muchas mujeres, sino que, en términos más amplios, constituye un problema de salud pública. “El mensaje que reciben las mujeres, abierta o sutilmente, es: ‘Escóndelo. Supera la adversidad. No seas una carga’. Como resultado, muchas internalizan la vergüenza y minimizan su dolor”, explica.
Esta falta de apertura influye también en la falta de información adecuada y el retraso en la investigación médica relacionada con la salud cognitiva femenina.
La menopausia puede actuar como un desencadenante del Alzheimer en mujeres con factores de riesgo. Foto:iStock
Apoyo social y educación
La Dra. Mosconi destaca la necesidad de acompañamiento y comprensión en esta etapa. “El apoyo emocional, la paciencia y la comunicación abierta pueden marcar una gran diferencia”, asegura. Advierte que aún existen profesionales que atribuyen los síntomas a “estrés” o “parte del envejecimiento”, sin brindar soluciones concretas. “La menopausia no debería ser una experiencia solitaria; es una transición importante que requiere apoyo y estrategias adecuadas”.
Además, sostiene que las instituciones y lugares de trabajo deberían implementar políticas que consideren las particularidades de la menopausia, como ya ocurre con el embarazo.
Uno de los aportes más relevantes de la investigación de Mosconi es el vínculo entre la menopausia y el Alzheimer. “Gran parte de mi trabajo se ha centrado en demostrar que el cerebro de las mujeres envejece de forma diferente al de los hombres, y que estas diferencias se hacen especialmente evidentes y clínicamente relevantes en la mediana edad, cuando las mujeres atraviesan la menopausia.”, afirma. La disminución brusca de estrógeno en esta etapa puede acelerar o desencadenar cambios relacionados con el riesgo de Alzheimer.
“Para ser claros, la menopausia no causa Alzheimer, pero puede actuar como un desencadenante en mujeres vulnerables debido a factores genéticos, de estilo de vida u otros. Esto convierte la mediana edad en un período crucial para la prevención”, añade. También indica que quienes experimentan una menopausia precoz o quirúrgica enfrentan un mayor riesgo.
Terapias y recomendaciones personalizadas
Sobre el debate de las terapias hormonales y no hormonales, la experta advierte que “no existe una solución universal”. La terapia hormonal puede ser segura y eficaz si se istra de manera adecuada, especialmente en mujeres con síntomas graves, pero no es la única opción. “La clave está en la personalización. Debemos dejar de juzgar y optar por una atención informada e individualizada”.
Además, Mosconi subraya la relevancia de los cambios en estilo de vida, incluyendo alimentación, ejercicio y gestión del estrés, que tienen efectos medibles en la salud cerebral. “La ciencia finalmente valida las experiencias vividas por las mujeres”, señala.
La investigadora aborda también una perspectiva evolutiva. Citando a Darwin, plantea que “la vida posreproductiva ofrece importantes ventajas evolutivas. Las mujeres suelen asumir roles vitales de cuidado y liderazgo en familias y comunidades”.
Cambios en el estilo de vida, como dieta y ejercicio, son cruciales para la salud cerebral. Foto:iStock
Una etapa de renovación
Finalmente, Mosconi invita a resignificar la menopausia: “La menopausia no es el final; es una transición. La buena noticia es que el cerebro femenino es muy adaptable y muchos de los síntomas son temporales (...) Dejamos de vivir para los demás y empezamos a reclamar espacio para nosotras mismas. Eso es poderoso. Es hora de que veamos la menopausia no como una pérdida, sino como una evolución: un tiempo de renovación, sabiduría y resiliencia”.
Su mensaje concluye como “una carta de amor a la feminidad y un llamado a la acción para aceptar la menopausia sin miedo, pero con datos e información, impulsando conversaciones que incluyan a la mitad de la población mundial”.
Esta visión científica propone un cambio necesario en la manera de comprender y acompañar una etapa natural que afecta a todas las mujeres y que, por sus implicancias en la salud pública y la calidad de vida, requiere atención y respeto.
*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en la información publicada por La Nación (GDA), y contó con la revisión de la periodista y un editor.