Ministerio de la Igualdad: la cartera con certificado de defunción y que sigue sin arrancar en el gobierno Petro

El 30 de abril, el ministro del Interior, Armando Benedetti, y el de la Igualdad, Carlos Rosero, radicaron en la Cámara el proyecto de ley para subsanar los errores que llevaron a la Corte Constitucional a declarar como inexequible la creación del Ministerio de la Igualdad. Un mes y 10 días después, la propuesta fue retirada.

“Esta determinación obedece a un sentido de responsabilidad y respeto frente a la actual situación del país, considerando prioritario generar espacios de diálogo y reflexión que permitan atender las necesidades más urgentes de la ciudadanía en el contexto presente. Reconocemos la importancia de avanzar en iniciativas legislativas, pero anteponemos la prudencia y la sensibilidad que el momento nacional exige”, dijo el ministro Rosero en una carta a la Comisión Primera de Cámara con la que pidió que el proyecto sea retirado.

Para algunos sectores, esto significa que el gobierno de Gustavo Petro entiende que el Ministerio de la Igualdad no tiene futuro y que por eso retiran la iniciativa. Sin embargo, no es del todo así. La movida se hace para garantizar que puedan presentar el mismo proyecto el 20 de julio, en la próxima legislatura.

Como el proyecto no se ha debatido y no tiene ponencia a la fecha, era muy probable que se hundiera por falta de trámite este 20 de junio. De acuerdo con la ley, una iniciativa ordinaria tiene toda una legislatura para tener un primer debate y así sobrevivir para tener los otros tres debates que necesita. Si no tiene al menos una discusión se hunde con el cambio de año legislativo.

En este caso, si bien es cierto que la propuesta llegó el 30 de abril, la legislatura se acaba el 20 de junio. No importa que apenas el proyecto tuviese dos meses de presentado, el 20 de junio sí o sí se iba a hundir al no haber completado al menos el debate en la Comisión Primera de Cámara.

Por otro lado, más allá de la coyuntura política, el Ministerio de la Igualdad no tiene buen ambiente. Desde que se radicó el proyecto para subsanar los vicios en el trámite, varios congresistas informaron que no apoyarían la propuesta ante la baja ejecución que ha tenido la cartera desde que se creó.

“Se trata de una apuesta desesperada por darle continuidad a la cartera más ineficiente de cuantas tiene el Ejecutivo. Una cartera que nunca debió crearse, que una vez creada no dio resultados y que tampoco lo hará hacia futuro. Mucho menos con niveles de ejecución anual inferiores al 5% en 2024 y bajísimo cumplimiento de metas Plan Nacional de Desarrollo en lo corrido del cuatrienio”, dijo el senador Carlos Fernando Motoa cuando se presentó el proyecto para manetener con vida el Ministerio.

Gran parte de las críticas viene del gran presupuesto de la cartera y el poco uso de esos recursos. Y es que, en 2024,tuvo una asignación de 1,5 billones y cerró el año con una ejecución que no llegó al cinco por ciento. De acuerdo con el sistema de transparencia, en 12 meses usaron el 4,9 del presupuesto, lo que significa que apenas dispusieron de 76.000 millones. Para esta vigencia, la tendencia de baja ejecución se ha mantenido.

En 2025, de acuerdo con el decreto de presupuesto firmado por el presidente Gustavo Petro, se dispuso de un presupuesto de casi 1,3 billones de pesos. Sin embargo, en el aplazamiento, ante la negativa del Congreso a apoyar la reforma tributaria, se le congeló casi la mitad de los recursos, 669.000 millones. Aun así, el uso de recursos ha sido poco.

En el sistema de Transparencia del Ministerio de Hacienda se observa que el sector Igualdad ha ejecutado 30,51 por ciento. Sin embargo, al mirar con lupa, lo cierto es que esa cifra está jalonada por las dependencias que hacen parte del sector Igualdad (ICBF, INSOR, e INCI). En promedio, cada una de estas oficinas lleva una ejecución del 26 por ciento.

En cambio, los números de igualdad siguen rezagados, no ha importado el cambio de año y de ministro. A mayo, la ejecución es del 2,51 por ciento. De esta cifra, buena parte es por temas de funcionamiento: salario, contribuciones a la nómina, remuneraciones no constitutivas del factor salarial, prestaciones, entre otras.

En cuanto al rubro de inversión, apenas se han movido recursos para los programas de mejoramiento de las condiciones de accesibilidad socioeconómica de la población con discapacidad y la implementación del sistema nacional del cuidado. En el resto de los nueve aspectos del Ministerio, la ejecución es cero.

Según las cifras, se han ejecutado 28 millones en el aspecto de mejoramiento de las condiciones de la población en discapacidad y 4.800 millones del sistema nacional del cuidado. En lo demás, los recursos de inversión están destinados, pero no se han ejecutado.

Desde el comienzo, la defensa de la baja ejecución en la cartera ha sido que desde hace 100 años no se había comenzado de ceros un ministerio. Así lo dijo en varias ocasiones la primera ministra de la cartera, la vicepresidenta Francia Márquez, y hasta lo han replicado en el último informe de rendición de cuentas, presentado a comienzos de junio.

“Es fundamental recordar que el Ministerio se creó de cero, no se creó de la escisión, fusión o transformación de otras entidades. La última vez que esto ocurrió en el país fue en 1923 con la creación del Ministerio de Industrias, que luego se transformaría en el Ministerio del Trabajo”, explica la cartera para justificar la demora para afianzar las labores del Ministerio, que oficialmente comenzó sus funciones a mediados del 2023.

En ese sentido, el informe explica que el primer semestre de vida se gastó en el montaje istrativo del Ministerio. Y es que de cierta manera, es cierto lo dicho por Márquez y que fue replicado por el actual ministro, Carlos Rosero, en el texto que se le presentó a la ciudadanía.

El Ministerio de la Igualdad comenzó de cero, aunque se le insistió el presidente Petro que no se hiciera de esa manera. En vez de un ministerio completamente nuevo, le propusieron que reconvirtiera el Departamento de la Prosperidad Social y le dieran rango ministerial, pero este insistió en dale dicha dependencia a Cielo Rusinque, inicialmente, y que el Ministerio de la Igualdad comenzara de cero.

Por otro lado, se entregaron muchas funciones que se replicaban con otras carteras y se tuvo que proceder a la depuración. Ese primer semestre también se gastó en dichas actividades de observar con cuáles ministerios y dependencias se doblaban esfuerzos y se tuvo que expedir los decretos para asumir dichas tareas.

Asimismo, como Igualdad comenzó desde cero, tampoco había proyectos ya formulados para comenzar a ejecutar. De esta forma, el segundo semestre de vida, de enero a junio, se tuvo que gastar en crear los programas a ejecutar. No obstante, hubo muchos roces entre la entonces ministra Márquez y los viceministerios que consolidaron los programas.

EL TIEMPO pudo conocer que las primeras viceministras de la Mujer, Diana Gómez, y de Poblaciones y Territorios, Luz María Múnera, renunciaron por diferencias con Márquez ante la formulación de proyectos. Cercanos apuntaron que presentaron hasta en ocho ocasiones una misma iniciativa que era devuelta por la entonces cabeza del Ministerio.

Tras esa fase de formulación salieron proyectos como Jóvenes en paz, Hambre Cero, Agua es Vida, Programa Nacional del Cuidado, casas para la dignidad de las mujeres, Tejiendo Dignidad para habitantes de calle, entre otros programas. A agosto se habían formulado 22 proyectos. Algunos de estos apenas están arrancando y otros tienen problemas.

También hubo demoras en suplir los cargos. Aunque se habilitaron 744 cargos desde junio de 2023, en marzo del siguiente año se habían contratado apenas 129 servidores y solo hasta agosto se suplieron 394 cargos del total de puestos que se crearon para el Ministerio. Por ejemplo, se había dispuesto que la cartera iba a tener una dirección territorial por departamento, un total de 32, y solo hasta octubre se expidió la resolución para comenzar ese proceso de selección.

En cuanto al avance de los programas, uno de los que más se ha sacado pecho desde Igualdad es el de ‘Jóvenes en paz’, el programa que erróneamente el primer mandatario catalogó como ‘pagar para que los jóvenes no delincan’. Al cierre de 2024 había 11.999 jóvenes vinculados al programa y a abril del 2025 se alcanzó la cifra de 28.886 vinculados.

Se dispuso para su funcionamiento 172.000 millones, que fueron contratados con la Organización Internacional para Juventudes (1.488 millones) y la Unión Temporal de Territorio y Paz (137.245 millones). El resto fueron destinados a la interventoría (9.183 millones) y los contratos de prestación de servicios (1.371 millones).

Aunque el programa venía avanzando y Departamento de Prosperidad Social (DPS) estaba haciendo el giro a los jóvenes, ha habido denuncias de problemas en los desembolsos y en la ejecución del programa con la Unión Temporal, que es la ejecutora mayoritaria del proyecto.

Incluso en el mismo Ministerio se reconocieron los problemas de Ejecución: “El Ministerio de Igualdad y Equidad informa a la opinión pública que se han identificado dificultades operativas y istrativas en la implementación del Programa Nacional Jóvenes en Paz, adelantado a través del Convenio 062 de 2024 con la Unión Temporal Territorio y Paz. Desde el Viceministerio de Juventudes estamos actuando con celeridad para superar estos percances y garantizar la continuidad y calidad de la atención a los jóvenes que participan en el programa”.

Por otro lado, las otras propuestas han tenido avances, como lo demuestra los desembolsos en el sistema nacional del cuidado. Sin embargo, fuentes adentro de la cartera apuntan que la cartera sigue sin arrancar y que los problemas de ejecución siguen siendo notables. En esa línea apuntan que el cambio de ministro, de Francia Márquez a Carlos Rosero, no ha modificado las dinámicas, e incluso ha ralentizado los procesos debido a los cambios de personal propios de la llegada de nuevas cabezas y equipos.

JUAN SEBASTIÁN LOMBO DELGADO 

Redacción política