El banano colombiano: ¿de la fruta al combustible en Corea del Sur?

Desde hace más de una década, Colombia y Corea del Sur han fortalecido sus relaciones comerciales gracias al Tratado de Libre Comercio firmado en 2013. Este acuerdo ha permitido que productos agrícolas como el banano colombiano ganen presencia en el mercado surcoreano, beneficiándose de reducciones arancelarias que los hacen más competitivos. Sin embargo, ¿estamos aprovechando al máximo esta oportunidad?

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En una investigación que realizamos con mis estudiantes Salomé Ballesteros López y David Alejandro Ossa Melo, del programa de Negocios Internacionales del Politécnico Grancolombiano, encontramos que la exportación de banano hacia Corea del Sur podría ir mucho más allá del comercio tradicional y convertirse en un motor de innovación y sostenibilidad mediante la producción de bioetanol.

Colombia es el cuarto exportador mundial de plátano, con envíos que en 2022 alcanzaron los $ 1,16 mil millones de dólares. Aunque Estados Unidos lidera como nuestro principal comprador, Corea del Sur se posiciona como un mercado clave en Asia, siendo el tercer importador de banano colombiano. Este país, con una economía altamente industrializada, ha expresado un creciente interés en alternativas energéticas sostenibles para reducir su dependencia de los combustibles fósiles.

Es aquí donde identificamos que el bioetanol producido a partir del banano colombiano podría marcar una diferencia significativa. El bioetanol, un biocombustible obtenido a partir de la fermentación de biomasa vegetal, ofrece una alternativa más limpia en comparación con los combustibles tradicionales. Corea del Sur, con su fuerte enfoque en innovación y sostenibilidad, podría beneficiarse enormemente de este producto.

Nuestra investigación sugiere que diversificar las exportaciones de banano colombiano hacia productos con mayor valor agregado, como el bioetanol, no solo fortalecería la relación comercial entre ambos países, sino que también impulsaría la transición energética en Corea del Sur. Actualmente, los subproductos animales o vegetales representan apenas el 0,1086 % de las exportaciones colombianas a Corea del Sur, lo que deja en evidencia el potencial desaprovechado en este campo.

El bioetanol no solo es útil como biocombustible, sino que tiene aplicaciones en sectores como la industria médica, la producción de bebidas alcohólicas y la manufactura de productos químicos. Además, su mezcla con gasolina (gasohol) mejora la calidad del combustible, reduciendo emisiones contaminantes y contribuyendo a la mitigación del cambio climático.

La producción de bioetanol a partir del banano también representaría una oportunidad para mejorar la competitividad de la industria bananera colombiana. Actualmente, una parte significativa de la producción se descarta debido a estándares de exportación que exigen tamaños y apariencias específicas. Aprovechar estos plátanos descartados para la producción de bioetanol no solo reduciría el desperdicio, sino que también generaría nuevos empleos y dinamizaría la economía local.

Además, esta iniciativa podría abrir la puerta a la transferencia de tecnología desde Corea del Sur hacia Colombia, permitiendo una mayor tecnificación en el sector agrícola y un mejor aprovechamiento de los recursos. La implementación de un sistema integrado de gestión de residuos complementaría esta estrategia, alineándola con objetivos ambientales globales.

Los resultados de nuestra investigación evidencian que Colombia tiene en sus manos una oportunidad inigualable para fortalecer su economía, reducir su balanza comercial deficitaria con Corea del Sur y avanzar hacia un modelo de producción más sostenible. No se trata solo de vender más bananos, sino de transformar nuestra industria agroexportadora y dar el salto hacia la bioeconomía.

Este es el tipo de iniciativas que debemos impulsar desde la academia, la industria y el Gobierno. La innovación no solo ocurre en los laboratorios de Silicon Valley, también puede nacer en nuestros campos bananeros. El reto es atreverse a dar el paso.