En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cual es la ciudad colombiana clasificada como la más peligrosa del mundo?
¿Cómo va el juicio al expresidente Álvaro Uribe?
¿Accidente de bus en Calarcá?
Frío inusual en Bogotá explicado por el Ideam

Opinión

Cuando el síndrome del impostor impulsa

Quien duda de sí mismo suele estar más dispuesto a escuchar, a prepararse mejor y a mantenerse abierto a aprender.

Alt thumbnail

Actualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
¿Y si esa sensación en el estómago de no ser la indicada no fuera una señal de debilidad, sino de potencial? A muchas mujeres nos han enseñado a interpretar la duda como una alerta de que no pertenecemos, que aún no sabemos lo suficiente o que no estamos a la altura. Pero, ¿y si esa duda pudiera ser justamente lo que nos permita crecer?
El llamado "síndrome del impostor" se ha vuelto una etiqueta recurrente para describir esa voz interna que nos cuestiona cuando nos proponen una nueva meta o iniciativa profesional. Es esa sensación persistente de haber tenido suerte, de estar a punto de ser "pillada" como un fraude, incluso cuando la evidencia indica lo contrario. Se habla mucho de sus efectos negativos -y sin duda los tiene- pero hay otro ángulo menos explorado.
El psicólogo organizacional Adam Grant, en su libro Piénsalo otra vez, propone que ese síndrome no siempre es el enemigo. De hecho, en dosis manejables, puede ser una herramienta poderosa. ¿Por qué? Porque fomenta algo cada vez más escaso: la humildad reflexiva y una mentalidad de aprendiz. Quien duda de sí mismo suele estar más dispuesto a escuchar, a prepararse mejor y a mantenerse abierto a aprender.
Lo he vivido en carne propia. Hace poco más de un año, decidí crear un blog y redes sociales para hablar sobre jardinería, un tema que me apasiona pero en el que no tengo formación académica. Cada publicación y cada video venían acompañados de ese susurro incómodo: "¿quién soy yo para escribir sobre esto?". Sin embargo, esa misma inseguridad me llevó a leer más, a investigar mejor y a conectar con otras personas que sabían más que yo. El resultado fue que avancé, no a pesar de esa inseguridad, sino en parte gracias a ella.
La duda bien encauzada no paraliza. Por el contrario, puede prevenir la arrogancia, fortalecer nuestras relaciones y hacernos más adaptables.
Algo similar ocurrió cuando acepté el reto de entrar a trabajar en una organización de conservación global. Vengo de un mundo diferente: campañas políticas, estrategia, manejo de crisis. Conocía de comunicación, sí, pero no de carbono, de deforestación ni de agricultura regenerativa. La sensación de estar fuera de lugar me sigue acompañando. Pero esa incomodidad es mi impulso. Me obliga a hacer preguntas, a estudiar y, sobre todo, a no dar nada por sentado. Hoy sé que esa curva de aprendizaje sigue activa y que esa conciencia de lo que no sé es también lo que me permite crecer con más intención.
La duda bien encauzada no paraliza. Por el contrario, puede prevenir la arrogancia, fortalecer nuestras relaciones y hacernos más adaptables. En lugar de pretender que lo sabemos todo, nos abre al intercambio, a la colaboración, a esa inteligencia colectiva tan necesaria en tiempos complejos.
No se trata de glorificar la inseguridad, sino de entender que no siempre es señal de debilidad. Puede ser un recordatorio de que usted se preocupa, que está comprometida y que quiere hacerlo bien. Y eso, en sí mismo, ya es una ventaja.
Quizá el verdadero reto no sea dejar de sentirnos impostoras, sino aprender a caminar con esa voz crítica sin dejar que nos detenga. Porque a veces, la duda no es el freno… es el motor.
*Directora Asociada de Comunicaciones hacia Donantes, TNC América Latina

Sigue toda la información de Opinión en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.