Jóvenes emprendedores, promesas del mercado

Vivir seis meses en Oiba, municipio de Santander, fue suficiente para que Óscar Mauricio Gaviria, un joven estudiante de grado décimo del colegio Lorenzo de Salazar, en Jesús María, municipio vecino, se entusiasmara por aprender inglés gracias a un curso que estaban dictando por aquel entonces, y que cuando regresara decidiera seguir estudiando esta lengua con el apoyo de un profesor que venía cada semana desde Barbosa.

Así fue como Óscar Mauricio se dio cuenta de que el inglés era una materia que asustaba mucho a sus compañeros de colegio, y entonces se unió a dos amigos más y nació OSJ English for Kids, una idea de negocio enfocada a la enseñanza de esta lengua a niños de preescolar, primaria y a jóvenes de bachillerato.

“Luego de estar viviendo por seis meses en Oiba, en donde pude hacer un curso de inglés y regresar a Jesús María, me interesé por seguir estudiando esta lengua, y entonces fue cuando llegó Escuela para el Emprendimiento, de BBVA, y decidimos con unos amigos crear una empresa para llevar inglés a los niños”, dice Óscar, quien actualmente estudia inglés los sábados, en la sede de Barbosa de la Universidad Industrial de Santander, mientras termina su bachillerato.

English For Kids, al igual que más de 1.500 ideas de negocio de 28 instituciones educativas de 23 municipios de Santander, sumadas a más de 1.700 proyectos de Cundinamarca, es una muestra del resultado de esta iniciativa, que, además de estar en estos dos departamentos, en los que completa su ciclo de cuatro años beneficiando a más de 40.000 estudiantes, ha llegado también a Atlántico, Caldas, Quindío, Risaralda, Tolima y Bogotá, en donde el programa avanza.

Y es que más allá de la eterna discusión de si el emprendedor nace o se hace, BBVA decidió implementar hace cuatro años, con el apoyo de las secretarías de Educación de Santander y Cundinamarca, su programa ‘Escuela para el emprendimiento’.

“Se trata de un proyecto de aula que busca formar estudiantes que estén en capacidad de formular alternativas viables y sostenibles que generen crecimiento económico en la región y que, a su vez, conduzcan a la posibilidad de formar ciudadanos con competencias emprendedoras, financieras y otra serie de habilidades que permiten la construcción de una mejor sociedad”, dice Mauricio Flores Marín, director de Responsabilidad Corporativa de BBVA Colombia.

El programa, diseñado para cuatro años, permite en el primero proyectar una idea de negocio; en el segundo, estructurarla; en el tercero, crear alianzas y sinergias que permitan hacerla realidad; y, en el cuarto, a partir de todo este trabajo, formular un proyecto de vida sostenible.

Por eso, Gloria Álvarez Tovar, secretaria de Educación de Cundinamarca, durante el acto de clausura del programa invitó a todos los docentes del departamento a continuar trabajando en esta iniciativa, que BBVA ha implementado de manera efectiva en más de 36 instituciones educativas del departamento, en donde también capacitó a más de 100 docentes con un diplomado sobre finanzas y emprendimiento.

“Animal Club nace en el año 2012, cuando cursábamos octavo grado y llegó el proyecto de Escuela para el Emprendimiento; entonces, yo me basé en la necesidad que había de crear una empresa o un proyecto que ofreciera los servicios del cuidado de mascotas y de rescate de animales mal cuidados o víctimas de maltrato”, dice Johnny Cujar, un estudiante de grado once de la Institución Educativa Aquileo Parra, de Pacho, Cundinamarca.

Cujar cuenta que se especializaron en ofrecer un portafolio de servicios basado en el cuidado de las mascotas y que va desde el servicio de guardería para personas que deben ausentarse hasta asesorías sobre cómo alimentar, cuidar y dar cariño a sus mascotas.

Pero este joven ha ido más allá y, dadas sus preocupaciones por dar bienestar a los animales, se ha dedicado desde hace varios meses a trabajar con uno de los docentes del área de química en la elaboración de un antipulgas natural.

En otro lado, en Ubaque, municipio ubicado al oriente de Bogotá y caracterizado por sus riquezas naturales y paisajísticas, un grupo de estudiantes del Instituto Técnico de Oriente trabaja desde hace varios años en el proyecto Caminatas Ecológicas, idea de negocio con la que ofrecen a nativos y visitantes una forma de conocer las riquezas turísticas del municipio.

“Empezamos a trabajar en grado 10.° y estructuramos nuestra idea a partir de la necesidad que teníamos de mostrar qué hay en nuestro municipio, además de la urgencia que hay en enseñar a las personas a cuidar nuestro planeta”, dice Alexánder Beltrán, uno de los socios fundadores.

“Este programa ha enriquecido la formación personal de nuestros estudiantes y está ayudando a crearles una mejor manera de proyectar su vida frente a los retos que la sociedad les está exigiendo, y lo involucra a uno como docente de forma más personal a llevarlos en ese proceso de hacerlos pensar que todo es posible, sin importar que sean de zonas rurales, lo que, al contrario, facilita todo el proceso por sus habilidades y potencialidades”, dice Sonia Paola Rincón, docente de I. E. El Volcán, en Ubaté, Cundinamarca.

RUBÉN DARÍO ESCOBAR

Especial para Huella Social