Del sistema de juego y Ancelotti… (Opinión)

El técnico de las grandes noches europeas llegó a la tierra del ‘jogo bonito’. Carlo Ancelotti, el hombre que ha domado vestuarios de estrellas y ha levantado Champions con una calma casi mística, asumió uno de los retos más grandes de su carrera: devolverle la identidad y el protagonismo a la Selección de Brasil. Y lo hace con una declaración tan humilde como poderosa: “Después de 40 años todavía no sé cuál es el sistema que permite ganar partidos… pero sé que el sistema debe adaptarse a los jugadores”.

)Ese es un camino que le da el protagonismo completo a los futbolistas. Si uno de los técnicos más ganadores de los últimos tiempos no se quiere llevar los reflectores, pese a que lo presentaron como ‘showman’. Él dijo una verdad que a veces incomoda a algunos estrategas y es que el fútbol es, en gran porcentaje, de los que juegan. 

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Eso se suma a una jugada de la Confederación Brasileña de Fútbol, contratar a un técnico más ganador e igual de millonario que los jugadores, así ellos se vuelven todos terrenales y ahora tienen a su Dios benefactor que los llevará al paraíso.

Brasil no necesita una revolución táctica ni una fórmula mágica. Lo que necesita es alguien que sepa escuchar al talento, potenciarlo y darle libertad. Y Ancelotti, en ese sentido, es el indicado. No se aferra a esquemas rígidos ni a egos técnicos. Se aferra a la comprensión del jugador. A mirar a Vinícius y no solo verlo como extremo, sino como pieza clave de una estructura emocional. A entender a Rodrygo, a Paquetá, a Bruno Guimarães, como piezas de un rompecabezas que debe armarse desde el confort y no desde la imposición.

La próxima semana comienza la recta final de la Eliminatoria Suramericana al Mundial del 2026. Y esta vez, Brasil lo hace con un condimento extra: la presencia del italiano de las cejas eternas al frente de la Verdeamarela. ¿Qué se verá? Seguramente una Brasil menos predecible, más madura, pero sin renunciar a esa chispa que enamora al mundo. Una selección que, como él desea, se sienta cómoda. Que no juegue con miedo, sino con alegría.

Ecuador, Paraguay, Chile y Bolivia, los rivales que le quedan a Brasil en esta Eliminatoria saben que, con Ancelotti, ese rival no será un león dormido. Será uno despierto, elegante y letal. Porque el técnico que no cree en sistemas, pero sí en personas, ha llegado a un equipo talentoso, que hoy es cuarto en la tabla de posiciones, pero que siempre mete miedo.

Se vienen partidos vibrantes, de esos que huelen a clásico, a historia, a futuro. En junio se juega más que puntos: se juega el alma de un continente que vive el fútbol con pasión única. Y ahora, con un sabio al mando de Brasil, esa pasión sube de nivel.

¡Que siga la fiesta del fútbol suramericano!

Opinión

Camila Espinosa Aristizábal

Para EL TIEMPO

@camilanoticia