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Noticia
La liga colombiana, ni entre las mejores 30 del mundo ni con aportes a la Selección... (Opinión)
Es hora de que la Dimayor y los clubes asuman su responsabilidad.
Yerry Mina y Álvaro Montero Foto: Mauricio Dueñas Castañeda. Efe
El más reciente informe de Opta revelado este martes 10 de junio puso el dedo en la llaga de un ya golpeado fútbol colombiano: la liga nuestra no figura ni siquiera entre las 30 mejores del mundo. Un dato contundente que debería llevar a una profunda reflexión sobre el estado actual del balompié local. La Liga BetPlay, que alguna vez fue semillero de talentos y motivo de orgullo, hoy esta rezagada no solo en lo deportivo, sino también en competitividad, infraestructura y atractivo internacional.
Los defensores de lo nuestro suelen argumentar que Colombia sigue exportando jugadores a buen ritmo. Sin embargo, la exportación por sí sola no garantiza la calidad en el torneo local. Lo cierto es que los mejores talentos emigran prematuramente y lo que queda en la liga son planteles desbalanceados. La falta de inversión seria y la desconexión con las necesidades del fútbol moderno convierten a la liga colombiana en un producto cada vez más débil y predecible.
Marino Hinestroza en juego contra inter. Foto:AFP
Esto quedó en evidencia también en la más reciente fecha de eliminatorias al Mundial, donde la selección Colombia, mostró pasajes muy preocupantes en su juego. Jugadores como Marino Hinestroza y Andrés Felipe Román, activos de la liga local, tuvieron minutos en cancha pero pasaron desapercibidos. Hinestroza, que venía de un buen semestre con Atlético Nacional, no logró imponer su desequilibrio, mientras que Román, sin desborde ni profundidad, ofreció una versión muy por debajo de la que se espera en la alta competencia internacional. Su rendimiento desnudó el bajo nivel de exigencia en la liga local. Así algunos se desvivieran porque llamaran a Dayro o a Llinás, las figuras nuestras de cada día, no dan para eso.
La comparación con otras ligas de la región resulta inevitable. Mientras torneos como la Liga MX, el Brasileirao o incluso la MLS han dado pasos firmes en materia de profesionalización, derechos de televisión y desarrollo de infraestructura, la liga colombiana sigue atrapada en luchas internas, cambios de formato improvisados y estadios semivacíos. Lo más complejo es que no se ve una estrategia de largo plazo que permita soñar con una verdadera evolución.
Selección Colombia Foto:AFP
Es hora de que la Dimayor y los clubes asuman su responsabilidad. El fútbol colombiano necesita una reforma estructural que toque desde el calendario hasta las divisiones inferiores. Es vital pensar en el espectáculo como un todo: desde la experiencia del aficionado en el estadio, hasta la calidad de la transmisión y la coherencia en la toma de decisiones deportivas y comerciales. Las buenas intenciones no bastan si no se traducen en resultados visibles.
Tampoco sirven los anuncios para que la prensa haga eco, como el que hizo Álvaro Gónzalez, mandamás de la Difútbol, del posible ascenso de la Primera C a la B, pues el torneo de tercera ya comenzó y aún los más de 180 equipos que compiten allí no saben si eso será una realidad para el 2026.
Alvaro Gonzalez, directivo de la Federación Colombiana de Futbol. 2011 Foto:Oscar Berrocal/ CEET
Por ahora, el informe de Opta no es más que una dolorosa confirmación de lo que ya se ha hablado. La liga colombiana ha dejado de ser protagonista, y se siguen maquillando los síntomas sin tratar la raíz del problema.