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Explicativo
¿Cuáles son los síntomas de la parálisis del sueño? La ciencia lo explica
El fenómeno afecta al 30 por ciento de la población mundial al menos una vez en la vida.
La conciencia se recupera antes que el control muscular. Foto: iStock
La parálisis del sueño es una experiencia transitoria en la que una persona, al quedarse dormida o al despertar, es consciente de su entorno pero incapaz de moverse o hablar. Este fenómeno, clasificado como una parasomnia, afecta aproximadamente al 30 por ciento de las personas en todo el mundo en algún momento de sus vidas, según la Clínica Cleveland.
Uno de los casos más documentados es el del investigador Baland Jalal, quien vivió su primer episodio a los 19 años. “Intenté llamar a mis padres, pero no me salían las palabras… Me estranguló, intentando matarme”, relató Jalal sobre aquella experiencia de 2005, citado por 'CNN'. Lo que vivió es un ejemplo de las intensas alucinaciones que pueden acompañar a esta condición, frecuentemente descritas como presencias amenazantes.
¿Qué ocurre durante un episodio?
Durante el sueño REM, fase en la que se presentan los sueños más vívidos, el cuerpo experimenta una parálisis natural (atonía muscular) para evitar que la persona actúe físicamente los sueños. En la parálisis del sueño, la conciencia se recupera antes que el control muscular, generando un desajuste que puede durar desde unos segundos hasta 20 minutos.
El Dr. Matthew P. Walker, director del Centro para la Ciencia del Sueño Humano de la Universidad de California, Berkeley, explicó a 'CNN' que este fenómeno es como "un atasco en una intersección concurrida" entre el estado de vigilia y el sueño. Jalal, ahora investigador en Harvard, añade que en estos episodios se activa la amígdala cerebral, intensificando el miedo y las alucinaciones.
La conciencia se despierta antes que el cuerpo. Foto:iStock
De acuerdo con la Clínica Cleveland, los síntomas comunes incluyen:
Incapacidad para mover brazos o piernas.
Imposibilidad para hablar.
Alucinaciones visuales, auditivas o táctiles (como presión en el pecho o sensación de una presencia).
Sensación de asfixia o de estar fuera del cuerpo.
Estado de alerta, pero con sensación de pánico o miedo extremo.
Las alucinaciones afectan al 40 por ciento de quienes experimentan parálisis del sueño, y en el 90 por ciento de esos casos son aterradoras. Las interpretaciones culturales también influyen: en Egipto o Italia, algunas personas atribuyen estos episodios a brujas o genios malignos; en cambio, en países como Dinamarca o Estados Unidos, las explicaciones tienden a ser más racionales.
Muchas personas experimentan alucinaciones aterradoras. Foto:iStock
Factores de riesgo y causas
Si bien la causa exacta aún se desconoce, expertos coinciden en que existen factores que incrementan el riesgo:
Falta de sueño o sueño irregular.
Jet lag.
Narcolepsia y otros trastornos del sueño.
Apnea obstructiva del sueño.
Estrés y afecciones mentales como ansiedad, TEPT, trastorno bipolar o de pánico.
Uso de sustancias o ciertos medicamentos, como los indicados para el TDAH.
Jalal señaló a 'CNN' que sus episodios se intensificaron durante períodos de estrés académico. “Ahora, cuando ocurre, suele coincidir con momentos de gran presión”, explicó.
A veces es causada por el estrés. Foto:iStock
¿Es peligrosa la parálisis del sueño?
A pesar de lo angustiante que puede resultar, la parálisis del sueño no representa un peligro físico, según la Clínica Cleveland. No obstante, su recurrencia puede derivar en trastornos del sueño, fatiga diurna o síntomas de ansiedad. En algunos casos, los episodios frecuentes pueden ser indicio de un trastorno subyacente, como la narcolepsia.
Tratamientos y prevención
No existe una cura definitiva para la parálisis del sueño, pero sí formas de reducir su frecuencia e impacto:
Higiene del sueño: dormir entre 7 y 9 horas diarias y mantener horarios regulares ayuda a sincronizar el ciclo circadiano.
Manejo del estrés: la práctica de meditación, ejercicios de respiración o atención plena puede ser beneficiosa.
Terapias específicas: la terapia cognitivo-conductual ha mostrado eficacia, especialmente en casos vinculados a insomnio o ansiedad.
Medicamentos: en casos graves, se emplean antidepresivos como los ISRS o tricíclicos para regular el sueño REM.
Jalal también desarrolló una terapia experimental basada en la meditación, la cual redujo los episodios en un 50 por ciento en un estudio piloto.
Consiste en cuatro pasos: reinterpretar el ataque como inofensivo, tomar distancia emocional, pensar en algo positivo y relajar el cuerpo sin intentar moverse. Actualmente, esta terapia se estudia en Harvard con más participantes.
*Este contenido fue escrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de conocimiento público divulgado a medios de comunicación. Además, contó con la revisión de la periodista y una editora.