En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cual es la ciudad colombiana clasificada como la más peligrosa del mundo?
¿Cómo va el juicio al expresidente Álvaro Uribe?
¿Accidente de bus en Calarcá?
Frío inusual en Bogotá explicado por el Ideam

Análisis

El alucine de las drogas en televisión: 'A los colombiches nos toca asumir antes que negar que somos narcolombia'/ El otro lado, columna de Ómar Rincón

El crítico analiza cómo este fenómeno permea todas las formas audiovisuales y cómo la pequeña pantalla es el reflejo de la sociedad colombiana.

Omar Rincon, El otro lado'

Omar Rincon, El otro lado' Foto: César Sánchez Carreño

Alt thumbnail

Actualizado:

Alt thumbnail

PERIODISTA CULTURALActualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
Las drogas son propias de todas las culturas. Pero en el capitalismo son más que viajes espirituales, un negocio millonario, cinismo político, viaje mediático. La televisión su mejor espejo.
La noticia mayor es que las drogas son una guerra pérdida. Una guerra que justifica el todo vale. Más de 50 años fracasando con cinismo. Cárceles llenas de gente pobre. Mafiosos multiplicados. Millones en armas. Un fracaso muy productivo para gobernar, tanto que muchos expresidentes latinoamericanos, una vez pasa su “subdato” a los gringos dicen: “la política de las drogas es un fracaso, la solución es la legalización”.
La agenda informativa, por el contrario, alaba la fallida política de drogas de los Estados Unidos, los cinismos católicos de derecha, la moralina de izquierda y la militarización de la sociedad. Ahí se pone en evidencia la moralina de los periodistas y políticos quienes expresan sus opiniones sin fundamento como verdades.
La música es una celebración infinita tanto en historias como en rituales colectivos del baile y la euforia, y esto aplica desde la ranchera hasta la electrónica y el reguetón. Sin drogas no hay buena rumba, no hay colectivo espiritual, viaje gozoso.
El cine cuenta historias de policías persiguiendo, tiroteando y metiendo a la cárcel a pequeños delincuentes para “limpiar” a la sociedad de estos terroristas de las juventudes y la familia; otras historias donde documentan que las drogas son un mal viaje; muchas culpando a Colombia y otros países pobres de ser los malignos que están matando y agrediendo a los buenos jóvenes made in USA.
Las series celebran el narco como Escobar, el patrón del mal o Breaking Bad; critican la doble moral de los gobiernos y el capital como The Wire o El mexicano; testimonian lo psicodélico como Euphoria. Y muchas más tonteras espectáculo como Griselda.
Ozzy (derecha) era uno de los hijos consentidos de Griselda Blanco.

Serie 'Griselda', con la actuación de Sofía Vergara (de blanco). Foto:Netflix

Los documentales cuentan el fracaso de la política de drogas; la patética persecución a la marihuana, mientras se celebran otros consumos, como en Have a Good Trip, cuando se ilustra en dibujitos animados infantiles los consumos de las estrellas del espectáculo; la decadencia de los consumidores que muestran retratos de los zombies modernos; denuncian de las violencias que habita el mundo de las mafias; testimonian las tristezas de los raspachines como El naya: la ruta de la cocaína; muestran como el alto rendimiento escolar está “legalmente” drogado en Take yours pills.
Habrá alucine drogados al infinito ya que es la revolución capitalista del pueblo y son las historias que seducen a los creadores de contenidos audiovisuales y digitales.
A los colombiches nos toca asumir antes que negar que somos Narcolombia; que Medellín es la capital de las drogas, el sexo y el perreo; que somos Sin tetas no hay paraíso, Escobar, La reina Flow; que los ranchenatos, los jessies y las paolas le cantan a eso; que ahora tenemos hasta turs ayaguasqueros. Hagamos autocrítica para avanzar, mirémonos en el espejo de la narcocultura para ser otros. Échele cabeza y verá distinto.
ÓMAR RINCÓN
Crítico de televisión

Sigue toda la información de Cultura en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.