El auge de las librerías temáticas en Bogotá: 4 recomendadas para visitar en la capital

La pandemia del covid-19 marcó un antes y un después en todos los aspectos que nos podamos imaginar. Y el sector cultural no fue la excepción. Durante el 2020, los lectores encontraron más tiempo y nuevos espacios para sumergirse en las páginas de los libros, mientras que otras personas en Bogotá emprendieron una nueva relación con ellos. De hecho, este fue el año en que los bogotanos más títulos han leído. 

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Esto causó que durante la pandemia las librerías cambiaran su modalidad de ventas, dejaran de recibir clientes y pasaran a hacer envíos a las casas de los lectores y trabajar a puerta cerrada. Plataformas como Buscalibre y Amazon, entre otras, comenzaron a tener protagonismo en la compra de libros. Y aunque esto se convirtió en un canal para acercar a las personas a la lectura, las librerías lograron salir adelante.  

El impacto que tuvieron el ocio, la lectura y el encierro durante estos casi dos años sembró la semilla para que, con el paso del tiempo y la reactivación económica en la capital del país, volvieran estos espacios dedicados a los libros, la conversación y el encuentro.  

Pues estas actividades hacían parte de la cotidianidad de los bogotanos en la época de Gabriel García Márquez y el León de Greiff, cuando los cafés eran el punto de encuentro para las lecturas en voz alta y los debates en torno al arte y la cultura, así como también se discutía sobre el país y el resto del mundo, permitiendo espacios de construcción social.  

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Estos lugares luego fueron sustituidos, poco a poco, por bares y rumbiaderos que no permitían un espacio para el diálogo. Fue así como durante varios años, en Bogotá se dejó de hablar, de planear y de construir tejido social.  

Por esto, la pospandemia se convirtió en un hito cultural para la ciudad; solo así se dio el resurgimiento de las librerías independientes, las cuales ahora están acompañadas, casi en su totalidad, por pequeñas cafeterías o espacios gastronómicos que atraen diversos visitantes que disfrutan tanto de un buen libro como de un buen pasabocas, o de las dos cosas al mismo tiempo. 

De acuerdo con datos de la Cámara Colombiana del Libro dados a este medio, en Bogotá hay más de 80 librerías independientes registradas. De las cuales varias de estas han surgido entre el 2021 y este año.  

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Sobre esto, el director de la Cámara Colombiana del Libro, Emiro Aristizábal Álvarez, dijo: “Esto es un fenómeno nacional, pero que se evidencia mucho más en Bogotá, no solo por ser la capital, sino también por los grandes eventos como la Feria Internacional del Libro, el Festival Gabo, entre otros”.  

Además, explicó que actualmente la ciudad tiene más de 200 librerías, entre independientes y de cadena. A este fenómeno se le suma la creación de nuevas editoriales, que en su mayoría son independientes, lo que “evidencia el resurgir del libro y cómo poco a poco este ha ido permeando la cultura de los bogotanos, permitiendo así la democratización de la lectura”.

Bogotá poco a poco ha seguido los pasos que un lugar como Ciudad de México ha dado hace tiempo, volviéndose así un referente para la capital. Pues esta es una de las ciudades que cuentan con más librerías en el mundo, no solo por su extenso territorio, sino también por la apuesta cultural en la que el mismo García Márquez participó. 

En entrevista con EL TIEMPO, Marco Barrera Bassols, coordinador de Vinculación Internacional del Fondo de Cultura Económica de México, dijo que el aumento de librerías en Bogotá es un sinónimo de equidad, pues así la cultura está al alcance de todos. Además, explicó qué estrategias que se realizan en la capital mexicana podrían ser adaptadas en Bogotá para seguir democratizando la lectura. 

“Acá tenemos los Tendidos Académicos, que son pequeños puestos de ventas de libros en las diferentes calles de la ciudad; y los Librobuses, donde estos llevan libros a lugares donde no hay librerías. Esto podría pasar con el sur de Bogotá”, agregó Barrera. 

Así mismo, explicó que durante los noventa años que lleva el Fondo, este no solo se ha dedicado a la venta de libros, sino también a su edición y, posteriormente, migraron a la creación de librerías y centros culturales con auditorios, salas de exposición, cafeterías. Acciones que permearon la cultura librera. 

Cabe resaltar que a partir de la presencia de México como país invitado a la FILBo de 2023 se amplió el panorama y presencia de las editoriales mexicanas en Colombia, algunas de estas editoriales ya habían abierto el camino de manera independiente, pero con el motivo de participar en la feria muchas de ellas pudieron destacar sus publicaciones en el entorno de librerías colombiano. 

"Es así, como las cinco librerías del Fondo de Cultura Económica en Colombia abrieron espacio en sus estantes, mesas y vitrinas para la exhibición de títulos que no habían tenido la posibilidad de darse a conocer en nuestro país", agregó Marco Barrera.

Por otro lado, estas estrategias y alternativas que desde hace tantos años las librerías de Ciudad de México han establecido, también han sido adoptadas por varias librerías en Bogotá.

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Actualmente, la ciudad tiene una agenda en la que cada bogotano podría ir un día distinto a la semana y se encontraría con una programación totalmente diferente. Como lanzamientos de libros, talleres que fusionan la cerámica y la poesía, o actividades en las que los bebés y los niños se pueden encontrar con una nueva historia.  

Este es el caso de Libros Mr. Fox, una librería que cuenta con dos sedes, una ubicada en Usaquén y otra en Chapinero. La primera está dedicada a la fantasía, y la segunda está inspirada en la madriguera de un zorro; esta fue la primera sede. Aquí, los libros gráficos e ilustrados recobran vida en cada una de las estanterías. 

“Todo comenzó en el apartamento donde vivía. Hace unos años creé una cuenta en Instagram en la que mostraba una ‘biblioteca virtual’ sobre obras ilustradas. Esto comenzó a tener mayor acogida y causó que, un tiempo después, lo que era nuestra casa se volviera un lugar para aquellos seguidores que querían solo tener un espacio para leer”, dijo Lucas Insignares, uno de los fundadores de Libros Mr. Fox, a EL TIEMPO.  

Aunque en el 2017 habían abierto la primera sede, en el 2021 se lanzaron a tener su segunda librería, la “madriguera fantástica”, especializada en fantasía, horror y ciencia ficción, para seguir en el camino de atraer y formar la lectura en niños y jóvenes. Este espacio está inspirado en dos libros icónicos: Harry Potter y El resplandor.

Hace un año nació Cooltivo Libros; este está ubicado en el barrio Lourdes, un espacio dedicado únicamente a la literatura colombiana. Gabriela Carrillo, politóloga de profesión, pero amante de los libros, se lanzó a abrir una librería en donde nuestros escritores fueran los protagonistas.  

“He estado muy cerca de la literatura colombiana. Llevo casi diez años enamorándome de las y los autores colombianos gracias a la experiencia que he tenido en el sector editorial. Y esto me permitió conocer el vacío que hay en nuestra literatura, ya que la oferta comercial no permite que los títulos colombianos compitan de manera digna con los títulos internacionales”, dijo Gabriela Carrillo a EL TIEMPO. 

Además de contar con una gran variedad de libros, tanto de grandes editoriales como de independientes, en los dos niveles que conforman Cooltivo también se puede disfrutar de un espacio para tomarse una taza de café junto con algún acompañamiento.

“La lectura y el café son el mejor matrimonio. Aunque es una relación casi intrínseca en los lectores, contar con comida atrae a otros tipos de públicos, a los que esperamos enamorar para que se acerquen a los libros”, agregó Carrillo. 

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Este proyecto, que abrió sus puertas el 8 de marzo de 2023, surgió del ensayo Una habitación propia, de Virginia Woolf. Marian Rodríguez, su fundadora, en entrevista con este medio, contó que luego de dedicarse a leer solo autoras tuvo la necesidad de crear un espacio en el que estas mujeres fueran las protagonistas, por esto las paredes de la librería juegan con los colores del feminismo.

“Cuando leí este ensayo sentí muchas cosas. Por un lado, algo de frustración de pensar que un libro escrito en 1928 tuviera aún tanta vigencia, pues, aunque las condiciones para las mujeres han mejorado en algunos aspectos, aún falta mucho. Caí en cuenta de que hemos normalizado estar invisibilizadas en muchos aspectos de la vida. A las mujeres aún nos falta ese cuarto propio, que no solo es físico, sino mental. Por eso, luego de leerlo, decidí cambiar mis planes. Regresé al país y abrí esta librería, que se dedica a promover obras escritas por mujeres”, explicó Marian Rodríguez.

Esta librería, al igual que todas las de la ciudad, ha creado estrategias y espacios diversos para captar la atención de diversos públicos. De hecho, para Rodríguez, las librerías están evolucionando para ser más que una tienda de libros; son espacios de promoción de lectura, cultura y de tejido social. 

"En el caso de Woolf, nos hemos vuelto un lugar seguro para la diversidad y eso ha creado una comunidad sólida alrededor. Además, nuestra misión de promover principalmente autoras emergentes atraviesa todo lo que hacemos, que incluye desde conversatorios, recitales, sesiones de micrófono abierto, hasta talleres y cineforos".

Aquellas personas que llegan a visitar la Librería Woolf por primera vez podrán vivir un espacio cálido y acogedor. Además, este se ambientó de tal forma que evocara lo que pudo ser la casa de Virginia Woolf, por eso hay un estilo vintage, unas sillas isabelinas, una máquina de escribir antigua. Además, esta cuenta con dos murales que tienen fotografías de escritoras de todos los tiempos y geografías. 

Esta librería cuenta con un catálogo muy especial, organizado en tres grandes categorías: ficción, no ficción y poesía. Y, en cuanto a la sección de ficción, esta está organizada por geografías: Mujeres de nuestra tierra, Voces latinoamericanas, Voces europeas, entre otras. 

La idea de La Verbena salió de la mezcla de un proceso personal de búsqueda de propósito de su fundadora, Andrea Jaramillo. A esto se le sumó el interés en encontrar un espacio en el norte de Bogotá que trabajara por la cultura y la promoción de los libros independientes. 

"Como lectora que vive en Usaquén, debía desplazarme a Teusaquillo, Chapinero o el centro para poder conectarme con la movida cultural, con autores, entre otros, y eso puede ser un trayecto de una o media hora, lo que dificulta mucho esa conexión", le dijo Jaramillo a este medio. 

Por esto se decidió buscar socios o una persona que tuviera experiencia en el sector, así como también se apoyó en amigos inversionistas para poder darle un espacio a la librería, café y casa cultural que son desde hace ya varios meses. 

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La Verbena Literaria, al igual que muchas otras librerías de la capital, crea espacios donde los libros, la cultura y el arte convergen para contar con distintos tipos de públicos y así poder salir adelante. 

Sobre esto, su fundadora explicó que esto se resume en que se necesita atraer al público a las librerías independientes. Y, aunque los bogotanos están leyendo más según las últimas cifras publicadas por la Cámara Colombiana del Libro, todo de este boom se lo están llevando las librerías comerciales y plataformas de ecommerce como Busca Libre. 

"Agentes como las librerías independientes que hacemos un trabajo enorme por promover lectura, acercar a los lectores a otras narrativas más incluyentes o más diversas, tenemos que hacer un esfuerzo extra por atraer a las personas a las librerías para que conozcan, se interesen y compren estas alternativas. Así como las librerías comerciales y las plataformas tienen músculo financiero para atraer a los clientes con descuentos, a nosotras nos toca atraerlos con agenda cultural, buen servicio y complementos como buen café, pastelería, entre otros", agregó. 

Las personas que vayan a visitar por primera vez La Verbena, verán una casa con banderines de colores en una esquina hacia un parque lleno de arbolitos, en donde no solo podrá disfrutar de la lectura, sino de diferentes espacios para tomarse un café o trabajar. 

Luego, al entrar a la casa, se encontrarían con alguien del equipo dándoles la bienvenida y preguntándoles si conocen el espacio y si hay algo en lo que le puedan ayudar. En esta casa se evidencia en cada una de sus estanterías, paredes y espacios el concepto de independiente, pero así mismo, comunitario.

Laura Valeria López Guzmán

En X: @Lauravalerialo

Redacción Bogotá

EL TIEMPO