A través de los siglos, infinidad de artistas han escogido la Natividad como inspiración para sus obras. Sin duda, el nacimiento de Jesús ha sido y es el acontecimiento que convoca a toda la humanidad sea o no creyente. Esta fiesta religiosa ha ido dejando obras inigualables en todas las épocas del arte, sobre todo en el renacimiento y en el barroco.
En esta época conmemoramos la llegada de Aquel que con su propia vida nos redimió del pecado y nos mostró la superación al paso de la muerte.
También nos deja la enseñanza del respeto a los demás, a lo ajeno y la del amor al prójimo: por Jesús estamos llamados a trabajar para el bien común, dejando atrás los impulsos que nos llevan hacia el individualismo. Estas reglas poco gustan actualmente, pues vivimos una era que promueve el egoísmo, la insolidaridad, el consumismo y la defensa solo de nuestros propios intereses.
La llegada del Salvador al mundo ha llamado la atención de los artistas plásticos. Hagamos entonces, un breve recorrido por las obras de algunos autores que han puesto su foco en la Navidad.
Cristo es la energía del mundo, y los artistas, especialmente en el renacimiento, se han ocupado de representar su encarnación.
'La Anunciación' es el título que Fra Angélico le puso a su representación de la visita que el Ángel Gabriel le hizo a María para entregarle la más importante noticia que haya recibido cualquier persona. La alegoría nos lleva a preguntarnos en qué momento fue concebido Jesús: si cuando fue nombrado por el enviado de Dios o al momento en que la Virgen aceptó humildemente su elevado destino.
Debemos a Rafael la representación de cuando la Virgen visitó a su prima Isabel, madre de Juan, otro de los grandes personajes en la historia de la salvación humana que antecedió con su bautismo de agua, el bautismo de fuego que Cristo instituyó para la posteridad. 'La visitación' es un clásico del arte navideño.
'El Nacimiento de Jesús', es el tiempo de la luz y la claridad. Así lo interpretó bellamente el Greco en su obra 'La adoración de los pastores' en la que del niño recién nacido, el Salvador de lo humano, emana una claridad que ilumina los rostros de todos los asistentes al pesebre más entrañable. En obras similares a la del Greco, plasmaron esta misma idea, Leonardo da Vinci, con 'La Adoración de los Magos'; Sandro Botticelli, con 'La Navidad Mística' y Francisco de Zurbarán, con su también denominada 'La Adoración de los Pastores', entre otros. En todas ellas se presenta un ambiente oscuro y misterioso que se rompe por la luz que nos entrega el niño Jesús a todos los seres humanos. Algunas de estas magníficas pinturas están muy bien cuidadas en la colección del Museo del Prado y en la National Gallery de Londres.
La presentación en el templo es el tema de Jacob Willemsz De Wet. Allí se reproduce el episodio en el que Simeón, según el Evangelio de Lucas, tiene su epifanía en el templo: este viejo, casi ciego, al tener al niño en sus brazos, 've' que se concreta la promesa de Dios de enviar al mundo un salvador para la humanidad y reconoce que con ese niño y el cumplimiento de su destino se nos abre el camino hacia un futuro feliz para todos.
Cristo es la energía del mundo, y los artistas, especialmente en el renacimiento, se han ocupado de representar su encarnación para ofrecer a través de la experiencia estética otras formas de acercarse a ese misterio divino.
Han sido épocas muy duras para todos: la pandemia, el encierro y la pobreza han agobiado a muchos hogares en todo el planeta. En esas circunstancias es muy fácil sucumbir por la falta de fe o esperanza. Pero son muchos los signos que nos muestran que vienen tiempos mejores para todos: no nos dejemos ganar por el pesimismo o el desespero. Que esta Navidad sea un motivo para refrendar con alegría la convicción de que todos somos dignos de una vida plena. Que la alegría de la salvación se manifieste en todos los corazones y que la luz de Jesús llegué a todos los hogares. ¡Feliz Navidad 2021.
CLAUDIA HAKIM
Directora, museo de Arte Moderno de Bogotá