Para muchos padres y cuidadores, el que los niños ronquen les puede parecer normal y hasta divertido, pero según los especialistas como la doctora Bertha Inés Agudelo Vega, neumóloga pediatra, miembro activo de la Asociación Colombiana de Neumología Pediátrica, esto tiene implicaciones de salud importantes, pues no es normal que un pequeño ronque con frecuencia e intensidad, “y de ser así hay que consultar para encontrar el origen de ese síntoma”, indica.
La doctora Agudelo añade que “el niño roncador habitual está en mayor riesgo que el resto de la población porque puede llegar a tener hipertensión arterial y problemas comportamentales, entre otros males mayores”.
Igualmente, dice, el ronquido es un signo o síntoma de que pueden existir otras patologías de base que influyen en que el menor desmejore su calidad de vida, ya que no logra descansar adecuadamente mediante un sueño reparador; puede empezar a presentar irritabilidad, somnolencia o hiperactividad, y cambios en su comportamiento con problemas en rendimiento escolar.
Más común de lo que se piensa
Se han hecho muchos estudios para saber cuál es la prevalencia del ronquido en los niños, y se ha encontrado que el 12 por ciento de ellos ronca todos los días, en especial a partir de los 22 meses.
Así mismo, la prevalencia va del 2,4 al 34,5 por ciento, dependiendo de la población y del tipo de investigación en cada país, con lo que se entiende que en verdad existen naciones en las que el ronquido es más representativo que en otras.
Por ejemplo, comenta la neumóloga Agudelo, en su conferencia realizada en el marco del último Congreso Colombiano de Pediatría, que los estudios sostienen que, “el sexo masculino definitivamente tiene mayor prevalencia del ronquido que el femenino. Del mismo modo, las personas de raza negra y los obesos presentan índices más altos si de roncar se trata, por lo que estos grupos de poblaciones merecen una atención especial y, por supuesto, se debe hacer seguimiento desde la edad del lactante”.
¿Cuándo consultar?
Lo primero, dice la doctora Bertha Agudelo, es saber que el ronquido tiene una clasificación, que va de leve a severo, pasando por un estado medio, que es el moderado.
“Se dice que el ronquido es leve cuando ocurre todas las noches y no incomoda a los que acompañan al niño o adulto; moderado si se da todas las noches y ocasionalmente incomoda a los que están cerca, y severo, si se presenta todas las noches y generalmente molesta a los otros, no deja dormir y genera incomodidad”.
En cuanto a los síntomas, explica la experta neumóloga, cuando los padres llevan a sus hijos a consulta por el tema del ronquido, se encuentra que estos pacientes también tienen alterado el temperamento; son hiperactivos, y si ya están en edad escolar, su desarrollo académico es pobre.
“Este último punto es muy importante, pues muchos padres consultan porque sus niños presentan trastornos de déficit de atención, y se medican para ello, sin hacer un análisis y buscar antes si lo que existe es un trastorno del sueño. En la mayoría de estos casos, lo que necesitan los pequeños es una intervención en forma adecuada para que dichos trastornos del sueño no alteren su desempeño escolar”.
Por otra parte, recomienda la experta, los padres deben poner atención a las posiciones en las que duermen sus hijos, pues un pequeño con obstrucción de la vía aérea superior va a tener tendencia a realizar movimientos súbitos hacia atrás y hacia adelante del cuello (hiperextensión del cuello), y si además presenta otras manifestaciones como apneas del sueño, es decir, que hace una o más pausas en la respiración o tiene respiraciones superficiales al dormir; humedece con su saliva la almohada y en ocasiones es sonámbulo, sin lugar a dudas hay que consultar para iniciar una valoración y descartar diferentes orígenes de estos síntomas.
Otras señales
También existen otros signos a los que los padres deben atender y son aquellos que se manifiestan en el día, como la respiración oral y la cefalea matinal (dolor de cabeza). “No es normal que un niño se despierte con este malestar, mucho más si no hay antecedentes de migraña; esto lo que significa es que durante el sueño, el niño está teniendo trastornos especiales, lo que sumado a problemas de memoria y trastornos de la atención, como la concentración y la hiperactividad, son señales de que algo anda mal”. Finalmente, la doctora Agudelo recomienda que si el niño ya ha sido diagnosticado con rinitis, sufre de problemas respiratorios frecuentes y ronca aunque sea de forma leve, acuda con el especialista quien determinará el tratamiento a seguir.
HIPERACTIVIDAD Y CONDUCTA
Investigadores del Colegio Albert Einstein de Medicina, en la U. Yeshiva de Nueva York, estudiaron a más de 11.000 niños durante seis años y encontraron que los trastornos de respiración al dormir pueden ocasionar problemas de conducta. Entre las dificultades de comportamiento vinculadas a ello se confirmó la presencia de hiperactividad y agresividad, además de síntomas emocionales y mala relación con otros niños. Este estudio dio pruebas de que trastornos como los ronquidos, la apnea y la respiración por la boca alteran la conducta y ocasionan problemas socioemocionales en los niños que los padecen.